Y escuchar canciones...y recordar momentos en los que mi sangre hervía cada vez que una palabra salía de su boca, llegaba a mi tímpano derecho y de ahí al cerebro por el VIII par.
No decíamos nada y lo decíamos todo al mismo tiempo.
Una de ellas fue:
-Me encanta la foto.
+¿Qué foto?
-La que me mandaste ayer.
+¡Ah! Para que veas que paisajes te pierdes...
-Y compañía...No es lo mismo verla en la pantalla yo solo sentado en la silla de mi habitación que estando a tu lado abrazándote y disfrutando de esa preciosa puesta de sol...
(Silencio...)
-Di algo...
+Si pudiese...
¿Por qué nos empeñamos en hacernos creer a nosotros mismos algo que sabemos que no va a ir más allá de nuestros sueños e imaginaciones?
Quizás, bueno quizás no, es que lo hacemos para sentirnos mejor (negando lo evidente) y sobre todo, para tener otra meta que alcanzar en nuestra vida. Los seres humanos nos movemos por motivaciones, como bien decía Maslow en su "Teoría de las necesidades humanas"; por objetivos, en todo momento. ¿Qué es la vida sino? Más que una sucesión de obstáculos que vamos salvando para ir creciendo como personas y conseguir la autorrealización -la cumbre de la pirámide descrita por Maslow-.
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