domingo, 28 de febrero de 2010
Pasado...presente...futuro...
En el desayuno, me senté con mi compañera de celda -aunque no la cayese bien y ella a mí, creo que tampoco-. Un vaso de leche, con la posibilidad de endulzarla con un sobre de azúcar, y un panecillo, con la posibilidad, también, de endulzarle con mermelada de ciruela -no había de ningún otro sabor, por lo que me tuve que conformar-.
Todas hablaban entre ellas, contándose ¡vete tú a saber qué cosas!. Yo, sin embargo, me limitaba a untar las rodajas de pan con mermelada en la leche azucarada -muy a mi pesar-.
Veía muy difícil aguantar el resto de los días de mi condena, en esa situación, inmersa en esa terrible rutina -que cada día me provocaba más escalofríos tener que ducharme a las 6:00h de la mañana, cuando el sol todavía no ha salido a dar los buenos días- y rodeada siempre de la misma gente, gente que solamente era del sexo femenino, ni un guarda era un hombre, nada; gente desconocida y que no me creía capaz de poder entablar ningún tipo de relación con ninguna -ni tan siquiera la relación del "hola-adiós"-.
A la comida, lo mismo que al desayuno.
A la cena, ídem.
A la hora de dormir...Esta hora no llegaba nunca. Me era imposible conciliar el sueño. Muchas prisioneras sufrían delirios -acudían semanalmente a hablar con el psiquiatra, que por cierto me enteré (por mi compañera de celda) que era muy guapo, y me empecé a plantear yo también la posibilidad de tener algún delirio pasajero-.
Y llegó el día. Reconocimiento. Una amable enfermera me pesó, me midió, me sacó sangre, etc. -ya sabéis las pruebas que te hacen en un reconocimiento-. Hasta que llegó el momento y me dijo:
- Bien, ahora pasarás a la sala 2. El Dr. Mayo llegará en seguida. Pasado mañana él te entregará los resultados de los análisis.
+ Buenos días.
- Buenos días Dr.
+ ¿Cómo se encuentra? Quiero decir que si sufre de algún malestar. Psicológicamente sé que no está bien. La cárcel no es plato de gusto para nadie.
- En ese caso, me encuentro perfectamente. Aunque sí que tengo cansancio muscular y general debido a que no duermo por las noches, si Ud. pudiese recetarme algo...
+ No se recetan fármacos para dormir...¿Pero me dijo que era alérgica no?
- ¿Perdón?
+ Mire, los antihistamínicos ayudan a dormir, podría recetarle uno y problema resuelto.
- Sí, lo sé. Soy enfermera.
sábado, 27 de febrero de 2010
La primera impresión
Me tumbé en mi cama. Cerré los ojos. Y me dormí.
Había sido un día muy duro, o parte de él más bien, porque eran sólo las 19:00h, pero deseaba que ese día se acabase.
6:00h de la mañana.
Suena la alarma (un sonido atronador, que aunque no quisieses te ibas a levantar de la cama por el sobresalto que te causaba; no como la canción de mi despertador del móvil, esa que hacía que cada mañana me levantase con una buena sonrisa ^^). Hora de ducharse. [Sólo podíamos ducharnos por las mañanas a primera hora, aunque teníamos en la celda un lavabo pequeño del que solamente brotaba agua fría como el témpano].
Hacía frío, a pesar de lo cual, disfruté como una niña jugando con los aspersores del parque de al lado de su casa. El agua estaba caliente. Menos mal.
La señora con cara de pocos amigos - yo me estaba convirtiendo en uno de ellos - vino hacia mí para decirme:
- Toma, el uniforme. Cada día se os da uno limpio, así que procura no mancharlo pues no se te proporcionará otro. Por cierto. Mañana después de la ducha acudirás a la enfermería para el reconocimiento médico, ¿de acuerdo?
Yo asentí con la cabeza.
Reconocimiento...Me sacarán sangre también...¿Volveré a hacer yo eso?
viernes, 26 de febrero de 2010
El inicio...
Nunca me planteé la idea de ingresar en prisión. Había pensado en todos los premios que podrían tocarme, los lugares que visitar, etc. Pero nunca jamás había pensado en la cárcel, aquel edificio, o mejor, el conjunto de ellos tan fríos y solitarios.
Nunca había pensado en ella...
hasta ahora.
Antes de que llegase el día indicado, no me lo creía. Una vez allí, en aquella oscura "sala de espera", donde estuve unas 6 horas esperando a que una señora con cara de "no me cae bien nadie"me trajese el famoso uniforme de presidiario*, seguía sin creerme que iba a ser una de aquellas chicas de las películas que por cuestiones de drogas, sexo o robos ingresaban en la cárcel durante años.
Nada, sigo sin creérmelo.
No puedo creer que vaya a entrar ya.
Estoy entrando. Cruzo la puerta de mi celda.
- ¿Quién coño eres tú? Otra puta que encierran.
- ¡Cállate! Es tu compañera de celda a partir de ahora.- dijo la señora de pocos amigos (por no decir ninguno).
martes, 16 de febrero de 2010
Bonito odio
Tantas horas perdidas hablando con el silencio...
Tantos momentos rotos por un insignificante trastorno...
Tantas canciones desperdiciadas por un capricho...
Tantas horas sin dormir pensando en nada...
Y ¿ahora qué?
¿Recuperaré todo eso algún día? ¿Quién me ayudará?
sábado, 13 de febrero de 2010
viernes, 12 de febrero de 2010
jueves, 11 de febrero de 2010
Recuerdos para olvidar...
No decíamos nada y lo decíamos todo al mismo tiempo.
Una de ellas fue:
-Me encanta la foto.
+¿Qué foto?
-La que me mandaste ayer.
+¡Ah! Para que veas que paisajes te pierdes...
-Y compañía...No es lo mismo verla en la pantalla yo solo sentado en la silla de mi habitación que estando a tu lado abrazándote y disfrutando de esa preciosa puesta de sol...
(Silencio...)
-Di algo...
+Si pudiese...
¿Por qué nos empeñamos en hacernos creer a nosotros mismos algo que sabemos que no va a ir más allá de nuestros sueños e imaginaciones?
Quizás, bueno quizás no, es que lo hacemos para sentirnos mejor (negando lo evidente) y sobre todo, para tener otra meta que alcanzar en nuestra vida. Los seres humanos nos movemos por motivaciones, como bien decía Maslow en su "Teoría de las necesidades humanas"; por objetivos, en todo momento. ¿Qué es la vida sino? Más que una sucesión de obstáculos que vamos salvando para ir creciendo como personas y conseguir la autorrealización -la cumbre de la pirámide descrita por Maslow-.
martes, 9 de febrero de 2010
Lecciones
Odio a las personas que no tienen la cara o no saben decir NO o SÍ (punto). ¿Por qué empezar a desviarse diciendo "bueno sí...", "podría ser..."? Me pongo enferma. Sólo saben que andar con rodeos porque (yo pienso) que la mayoría no se atreven a decir lo que piensan realmente de forma concisa y clara. ¿Por qué? ¿De qué tienen miedo?
Compraos un kg de personalidad, o más. ;)
lunes, 8 de febrero de 2010
Adiós...
No, no es un "hasta luego" o un "hasta pronto", es un "ADIÓS" así, con letras mayúsculas. Es un "ya no volveré".
Dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pero lo terrible es cuando aun sabiéndolo, lo pierdes. El daño es mayor.
Esta ida es inevitable y la tienes en mente, pero aun así siempre piensas en que ese momento no va a llegar, ya vendrá, pero ahora no.